Había una vez un hombre llamado Karsimov, que vivía en otro planeta. Durante el día trabajaba en una fábrica de cemento, y cada noche, llegado a su casa, se entregaba a su pasión: componer piezas musicales en su instrumento, el “Cajón es la música”, inspirándose en ensoñadoras imágenes de su enamorada. Una noche, previo acuerdo con el padre de la muchacha, recibe la visita de ella y sus padres, sabiendo que es la oportunidad para concretar sus fantasías.
miércoles, 30 de diciembre de 2009
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